Tomando copas con una amiga
Revisando mis fotos antiguas, me encontré una foto tomando una copa con una amiga, ya anteriormente se las había mostrado, pero no les he contado la historia.
Cuando estuve en la primaria, me hice amigo de una niña muy bonita, bueno, al menos a mi me parecía. Hago una nota: es curioso, me gusta travestirme y de hecho, mi ropa interior es de chica y la usó aproximadamente desde 1975, que es cuando empecé a trabajar formalmente. Regresando al relato, A Mariana la dejé de ver al salir de la secundaria y no volví a verla hasta 30 años después. Obviamente, no nos reconocimos, sino estábamos esperando entrar al médico, cuando salió la enfermera y me llamó por mi nombre, entré a mi revisión. Al salir vi que una señora se aproximó a mí, me preguntó si había ido a la primaria Novoa en la colonia Portales, le dije que sí, se le hizo una sonrisa enorme y me dijo, soy Mariana, ¿no te acuerdas de mi? Se me engrandecieron los ojos y simplemente la abracé y correspondientemente nos besamos las mejillas, como ambos teníamos tiempo, fuimos a tomar un café y ponernos de acuerdo. Obviamente ambos estábamos casados con hijos y ambos, estábamos en nuestro segundo matrimonio. Ambos somos muy felices con nuestras parejas. El resto del año nos vimos unas cuatro veces para platicar de aquellos tiempos de niños. En la cuarta cita, estrené una medias y liguero que mi esposa me había regalado, me puse mis pantalones de mezclilla mi camiseta con el escudo del club de fútbol del los Pumas de la UNAM y me fui a la cita con Mariana.
Nos sentamos en un gabinete, así es que la pierna de mi pantalón quedaba a su vista. Entonces ella notó el broche del liguero, vi que hizo una cara de rareza pero no dijo nada, obviamente mi cara se enrojeció un poco, pero seguimos platicando y tomando un café, pero ella no dijo absolutamente nada. En la siguiente cita, no se aguantó y me lo soltó directamente, oye Fer, el otro día note que en tu pierna traía un “chipotito”, ¿era un defecto del pantalón? Además vi que tu cara se puso roja. Nuevamente se enrojeció mi cara y le dije, esta bien te voy a contar, lo que pasa es que soy travesti, y siempre traigo ropa interior de mujer. ¿Y en este momento traes pantaletas? - Me preguntó, - sí, traigo pantaletas, un brasier y tobimedias. Me hizo que le enseñara cada una de las prendas. Lo hice echando ojo que nadie más viera. Oye Fer y cómo es que te casaste, entonces la paré y le dije, mi querida Mariana, desgraciadamente todo el mundo piensa que si te gusta usar ropa de mujer, automáticamente eres homosexual, y no, mi querida Mariana, habemos muchos travestis que somos heterosexuales. De hecho, tu fuiste la primera chica que me atrajo mucho y, tanto en la secundaría y prepa siempre estuve enamorado de las mujeres. En la facultad conocía a la mamá de mis hijos, después de siete años nos divorciamos y, nada tuvo que ver mi travestismo con mi divorcio. A los cinco años conocí a mi esposa que la amo con locura. Mariana se quedo impresionada por todo lo que le dije, finalmente me pregunta si me hubiera gustado ser mujer. Le dije que no, me gustaba mucho ser hombre, me gustó mucho ser un niño, principalmente porque los juegos de niña eran muy aburridos, en cambio los de niño era muy interesante, además, cundo estoy con una mujer, me sale mi hombría a todo lo alto y me siento muy, pero muy bien. ¿Pero entonces cómo es que te gusta travestirte? Mi querida Mariana, no lo sé y desde hace mucho tiempo que dejó de importarme esa pregunta. Te cuento en resumen esta historia: cuando estaba en la secundaria, y me ponía la ropa de mi mamá, me dije, cuando entre a la preparatoria ya no me pondré los vestidos de mi mamá. Al llegar la preparatoria, efectivamente ya no me puse la ropa de mi mamá, porque llegó una amiga de mis papás a vivir con nosotros, ella se llama Tina y era joven, así es que empecé a ponerme su ropa que estaba a la moda, es cuando surgieron las minifaldas. Pasó el tiempo y al terminar el primer año de mi licenciatura, me armé de valor e hice mi primera salida a la calle, obviamente la ropa que llevaba, tanto la blusa como la falda, eran de Tina, la ropa interior era mía, ya que Tina me las compró (posiblemente previendo que no usara su ropa interior). Aunque ya han visto mi primera foto de ese día, aquí se las vuelvo a pone, como mencioné, tanto la blusa la bolsa y la falda eran de ella, que depuse me las regaló.
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La primera vez que salí a la calle usando minifalda
y blusa de mi amiga Tina, 1970
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A partir de ese día, decidí aceptarme tal y como soy, o sea, me gustan las chicas y me gusta vestirme como ellas. No te niego que hubo veces que sentía la curiosidad de saber por que me gusta vestir de mujer, pero esa interrogante no me quitó el sueño en ese entonces y, mucho menos me lo quita ahora mi querida Mariana.
Entonces Mariana me preguntó si aceptaba un día salir a tomar una copa como amigas, claro que sí, le dije, si quieres este viernes salimos, quedamos de acuerdo.
Llegó el viernes, yo estaba nerviosa, pues era la primera vez que saldría con alguien conocido del pasado y, además nos teníamos un buen aprecio. A las tres de la tarde me fui a lo de Rochelle, allá cuando estaba por Av. del Taller, pedí que me maquillara sencillo, pues iríamos a tomar una copa a un bar en la tarde. Llevaba dos pelucas, una larga y una a los hombros. Mi amiga Rochelle fue la que me maquilló y yo decidí ponerme la peluca larga.
Me subí a mi auto y me dirigí a su casa, al llegar vi que ella estaba despidiéndose de su mamá y hermano que habían ido a visitarla ese día. Ella me vio de reojo y me hizo una seña de que esperara un poco. Como a los 10 minutos salió y nos saludamos como dos chicas. Obviamente me dijo que me veía muy bien, que ahora seríamos amigas.
Yo iba a arrancar el auto y me dijo, no, necesito ir a Liverpool de Polanco y hay mucho congestionamiento, vámonos en taxi, accedí y salí del auto, en eso vi que observaba mis movimientos. Paramos un taxi que nos llevó a Liverpool. Nos bajamos, intenté pagar el taxi, pero ella me detuvo y pagó el taxi, me sentí extraña, pues siempre que acompañaba a una dama, era yo el que pagaba. Entramos y nos dirigimos a la sección de complementos para dama. Yo estaba un poco nerviosa, pues era la primera vez que entraba a una tienda departamental. Me di cuenta que las dependientas de perfumería me veían y sonreían, o sea, que me veían como una señora más de todas las que estábamos en perfumería. Eso me dio mucha confianza y seguí caminando atrás de mi amiga, que en ese momento estaba viendo unas carteras de mujer. En el taxi me había comentado que tenía que comprarle un regalo a la maestra de Amanda, su hija, pues el lunes era cumpleaños de la maestra, que además era su amiga.
Se decidió por una cartera roja marca CLOE, preciosa, solo porque yo estaba estrenando una, no me la compré. Fuimos a la caja y mi amiga pagó con un monedero electrónico de Liverpool. Ella me empezó a platicar sobre su monedero, en eso le dieron su tarjeta, la guardó y empezamos a irnos, como había mucha gente, dejé que ella pasara y yo fui detrás de ella, en eso oí a la empleada decirme “señora”, voltee y me extendió la bolsa donde estaba la cartera, por estar platicando mi amiga y yo, ella la dejó en el mostrador la compra, le di las gracias a la señorita y ella me sonrió.
Salimos de Liverpool y antes de tomar un taxi de regreso a su casa, me dijo que fuéramos a tomar una copa, que ella conocía un pequeño bar, así es que empezamos a caminar y a unas tres cuadras lo encontramos, pero se ve que la cajera estaba en un mal momento, pues quería obligarnos a sentarnos en un lugar muy incómodo, así es que nos fuimos, le dije a mi amiga, por que no vamos al Sanborns que está como a otras tres cuadras, y ahí hay una bar. Al llegar subimos las escaleras, pues el bar está en la planta alta. Al entrar, solo había una mesa ocupada por dos señores, el mesero se nos acercó y nos dio la bienvenidas, adelante señoras, pueden escoger donde sentarse. Escogimos una mesa al centro del bar. Inmediatamente nos dijo que si ya sabíamos que íbamos a tomar, mi amiga pidió una piña colada y yo un daiquirí con ron havana 7 años. Mi amiga se impresionó por mi petición, me dijo que ella pensaba que yo no bebía, le contesté que efectivamente, no bebía, pero una vez que estuve en Cuba, había probado el daiquirí y desde entonces, es la única bebida que pido, nunca he probado otra, nos reímos.
Ella me preguntó que si aceptaba unas críticas sobre mi imagen, ¡claro que sí! Le contesté, eso me ayudaría mucho. En general vistes muy bien y acorde a tu edad, (las dos somos de la misma edad), pero, por ejemplo, la pulseras que llevas en el tobillo, no se te ve bien, eso es para jovencitas, para nosotras es de mal gusto. Perfecto le dije, incluso la pulsera no es más que una cadenita de cuello que adapté para el tobillo, así es que la regresaré a una cadenita de cuello, jijiji, me reí. En eso, el mesero nos trajo nuestra copas, señoras aquí están sus bebidas, gracias le contestamos. Le dimos una probadita a nuestras copas, y como amigas, nos intercambiamos una probadita de nuestra copas, las dos coincidimos que mi daiquiri estaba mucho mejor que su piña colada.
Un segundo consejo, es que si vas a salir a cualquier lado que no sea de gala, tu pelo largo debe estar recogido o, usar pelo corto, lo más largo, es a los hombros, incluso si vas a una fiesta de gala con pelo largo, deberás usar un peinado que no dejé el pelo suelo en la espalda, pues eso en general es para chicas jóvenes, unos 50 años máximo. En ese momento se acercó el mesero, pues ya nos habíamos acabado las bebidas, le pedimos ahora dos daiquiris, nos sonreímos entre nosotras. De lo demás, me dijo mi amiga, estás estupenda, me di cuenta que dominas perfectamente los tacones altos, tus movimientos tanto al caminar como en este momento que estamos sentadas aquí, todos son completamente naturales de una mujer. No caes en las exageraciones que, en general delata a un hombre disfrazado de mujer. Después nos olvidamos de mi travestismo y empezamos hablar de nuestras familias, de la situación social tan mala de México, y otras cosas. Finalmente al terminar nuestra bebidas, pedimos la cuenta, ella me dijo que cuando varias amigas sale a un restaurante, en general se divide la cuenta, así lo hicimos. Ya para irnos le pedí al mesero si nos podía tomar una foto.
Salimos y tomamos un taxi, ya en su casa me dijo que no me invitaba a pasar pues estaban por llegar sus hijos, yo le dije no se apurara, que estaba consciente de que no era recomendable pasar. Nos despedimos con con un beso en la mejilla y un abrazo, para despedirnos mi amiga me felicitó y me dijo, Fer, eres toda una dama, te lo digo con toda sinceridad, y me da gusto que seamos amigas, yo sonreí y entré a mi auto.
Estoy muy triste, pues dos años depuse de esta maravillosa experiencia mi amiga Mariana falleció de cáncer de mama…
En el café de la Diversidad. |
Como todavía era temprano, decidí irme al café que se encuentra en el Centro de Cultural de la Diversidad, en la calle de Colima (la tercera foto corresponde a ese café). Finalmente me fui a mi casa.
A partir de ese día, tomé muy en cuenta los consejos de mi amiga Mariana. Y si pueden ver en mi colección de fotos, a partir de ese fabuloso día, uso mi peluca corta y, sinceramente creo que me veo mejor, pues por más maquillaje, la edad se nota y, soy feliz aun que pase el tiempo. Esta foto es la siguiente salida que hice, tomé en cuenta los consejos de mi amiga Mariana.
Mi siguiente salida, fue a una reunión. Aquí con mi fabulosa amiga Vicky. |
Les mando un beso y un abrazo.
1 comentario:
Uno nunca sabe lo que la vida nos depara, pero si la vida te da la oportunidad de ser feliz, así sea de la manera menos convencional, aprovéchala.
Se siempre tu misma, no trates de imitar a nadie, eres original, única, irrepetible, se feliz.
Anda, vuela, sigue tu sueño, se feliz.
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